Si trabajas en tecnología seguro tienes la costumbre a aprender constantemente. Un nuevo framework. Otro paradigma de programación. O nueva metodología. La última arquitectura.
Uno hasta pierde la noción de la velocidad a la que toca aprender nuevas herramientas. Ni Visual Studio Code ni Figma existían hace 6 años atrás. Docker no existía hace 8 años.
Como nuestro mundo cambia así de rápido, no nos queda otra que aprender-a-aprender: ¡Si pagáramos diplomados para cada cosa nueva que sale, estaríamos en la banca rota! 💸
También ayuda que nuestro mundo es aceptable aprender por tu cuenta. Hoy en cualquier organización razonable importa más lo que sabes que un cartón que hable sobre dónde/cómo lo aprendiste. Y en los lugares mejor-que-razonables aprender por tu cuenta no solo es “aceptable” sino que derechamente un plus.
Cuando digo “por tu cuenta” no quiero decir que sea necesariamente solitario. Hay personas que aprenden mejor mirando o imitando, otros leyendo, otros tirándose a la piscina sin “leer el manual”, otros con videos, etc, etc. Aprender-a-aprender es también un ejercicio de auto-descubrimiento por el que seguro ya has pasado. Como resultado adquieres este superpoder de no tener que pedirle permiso a otros para aprender muchas cosas.
Lo malo: Solemos usar muy estrechamente ese superpoder. Como que aprendemos a aprender y después aprendemos las misma clase de cosas una y otra vez.
¿Por qué no lo usamos para aprender más cosas, más diferentes? ¿Por qué “intruseamos” poco en lo que aprenden las personas de otras “carreras”?
Este es un buen momento para contarles una pequeña historia personal 😅 .
Casi todos los lenguajes de programación que manejo los aprendí por mi cuenta. Frameworks también. A prueba y error también aprendí a participar del mundo open-source. Hasta aprendí a usar Emacs (y hasta el día de hoy uso Ctrl-A, Ctrl-E, Ctrl-B y Ctrl-F para moverme en textos sin mover los dedos a las flechitas de cursores).
Llevaba como 3 años de vida profesional en esa onda, cuando a la empresa donde trabajaba se le ocurrió ponerme a cargo de un equipo de…casi puros diseñadores (y un periodista y un dev medio tiempo). Hasta el día de hoy me da un poco de vergüenza. ¡Que monos pintaba yo ahí! Ni siquiera entendía el trabajo de un diseñador. Me tincaba a algo medio artístico-estético. Que las cosas queden bonitas o algo así 🤦🏻♂️.
Así que con 24 años era el “jefe” de este equipo tipo agencia que hacías cosas para un banco. Recuerdo que fui a Bellota a comprarme camisas, porque la polera colorienta era poco aceptable en este rol más de cara a este cliente (así me lo hicieron saber cuando anteriormente fui al mismo banco con esa polera, en mi rol anterior de desarrollador).
Igual tengo buenos recuerdos. El equipo (que jocosamente me decía “Don Leo”) consiguió empatar un partido que partíamos perdiendo por goleada. Después de que me pusieron en el rol supe que el cliente ya tenía planeado despedirnos 😂, por lo que no sólo había que hacer una buena pega sino que demostrarlo más allá de toda duda razonable.
Nos fue… más o menos. La mitad del equipo siguió trabajando con ese cliente, así que yo lo llamo un empate. Pero fue todo bien estresante y pedí no estar a cargo de otro equipo. Sólo quería volver a programar (aunque para ser sincero nunca dejé de programar, en una futura entrega les contaré la volada que me mandé).
Dejé de usar camisa también 🎉 .
Me tomó harto tiempo darme cuenta que había aprendido más que la cresta. No me quedó otra, igual que en tecnología. Aprendí cosas que me han servido tanto o más que varios frameworks. Me divertí menos aprendiendo, pero lo que aprendí me ha dado un montón de satisfacciones.
Es curioso como uno parte haciendo las cosas más por diversión que otra cosa. Luego descubres que las satisfacciones dan un golpe de felicidad/alegría más duradero. Igual se trata de balancear ambas cosas. Es demasiado fácil quemarte cuando no hay diversión.
Para resumir, tuve suerte de que prácticamente me obligaran a aprender de otra cosa fuera de lo natural que aprendía por iniciativa propia. Sin embargo, y aún después de la experiencia de esta historia, me demoré otros cuantos años en entender que valía la pena seguir aprendiendo de otras cosas fuera del repertorio “normal”. Me demoré harto tiempo antes de meterme a aprender un poco de diseño, sobre producto, de negocio, hasta marketing. Igual sigo aprendiendo de programación, soy un adicto reconocido (y RedwoodJS está muuuuuy bueno).
La historia no es para que uses el superpoder de aprender-a-aprender para irte por el track de jefe, líder, mánachment o como le quieran llamar. Ni siquiera por lucas: la industria ahí también ha mejorado y en varios lados puedes seguir teniendo aumentos de sueldo siguiendo en el track técnico. El menú es mucho más amplio que eso. Mucho mas amplio que la lista de cosas que yo he aprendido. Un conocido se puso a aprender de psicología y se volvió un raro experto en programación + usabilidad hace como 12 años atrás.
Mi punto: pregúntate cual fue la última cosa “rara”, diferente que aprendiste (rara para tí, no para el resto). O cuál te tinca aprender pronto.
Yo estoy aprendiendo a hacer un newsletter.
¿Qué cosa “rara” ya estás aprendiendo o te tinca aprender a tí?
Si respondes este correo, eso llega a mi casilla (no shit, Sherlock!) donde leeré y responderé cada correo. Palabra 🤚.
Y si te tinca hacer tu repuesta pública, eres mega bienvenido en los comentarios:
Tremendo 1er newsletter, Leo!
Hay una palabra que me encanta que lleva el aprender-a-aprender al extremo: transdisciplina.
Multidisciplina es trabajar con otros profesionales de otras disciplinas, cada uno en lo suyo. Interdisciplina es trabajar con otros y cruzar a veces a áreas de conocimiento no propias, a las zonas grises.
Transdisciplina es tirarse un piquero a disciplinas que no son las de uno... y aprenderlas, practicarlas, integrarlas.
El peor enemigo de la transdisciplina: el miedo.
La mejor compañera: la curiosidad, la mirada apreciativa y la humildad para aceptar que no se sabe y enamorarse de otros mundos y lenguajes... lo que es necesario para meterse hasta el fondo.
Como dijo por ahí un maestro: "No hay ningún ámbito del conocimiento que no sea interesante; solo hay muchas cosas que no comprendemos bien (y por eso parecen poco interesantes)".
Abrazo, felicitaciones de nuevo por el newsletter!
Prometido es deuda, va mi primer comentario. Este primer relato me llegó bien de cerca, no tanto pq sea adicto s los lenguajes -por suerte o desgracia ahora hago lo justo en poder seguirlos... - sino pq en ése proceso de aprender cosas “raras” pude sacarme la chapa de que es programación solo debes saber “tirar código” (ya sé, ya sé, con buenos patrones, buena arquitectura, pero código al fin y al cabo) y que eso era mas importante que entender el problema. Aprender de los negocios donde trabajas y sus variantes -es distinto hacer un crm a una app, o a un banco/billetera o lo q sea q quieras hacer. El único punto común es q tendrás usuarios, que querrán usar tu creación, ya sea por necesidad -acá los del cmr son clientes cautivos- o porque están probando y en ambos casos entenderlos es una tarea tanto o mas complicada que el código a realizar. Con esto no quiero decir -tal como muy bien lo expusiste- q deban dejar de programar, pero si se abran al mundo exterior. Las empresas están cambiando-quizás no tan rápido como gustaría- y en este cambio la verticalidad va ganando terreno, por lo que nos va a tocar defender nuestros algoritmos muchas veces con gente q no los entiende y es, en ése escenario, q todas las cosas “raras” que aprendiste en la vida te pueden ayudar a hacer cercano tus pensamientos y preocupaciones para con el resto. Ejemplos de esto son la analogía del edificio cuando piden ir mas rápido y donde necesitas hacer bien la arquitectura base para poder “escalar” (no me gusta mucho el término por lo manoseado, pero viene bien a la analogía) y esto en el lenguaje común nos permite poder colocar temas complejos de forma simple para con el resto.
Ups, me alargué un poco con el comentario, pero leerte me animó a querer aportar un granito de arena con las experiencias que ha tenido cada uno para que el resto sea mejor.
Saludos
Emilio
Pd.: en coursera hay un curso -valga la redundancia- que se llama “aprendiendo a aprender” lo pasé bien por encima pero tenía tips bastante buenos!