Apuesto que tú y tu equipo trabajan mucho mas “remoto” o distribuido que hace un año atrás. E intuyes que las cosas no volverán a como eran pre-pandemia.
Mucho temor sobre el trabajo remoto/distribuido se ha desmitificado, y los beneficios personales (ej: ahorrar tiempo que gastábamos en desplazarnos) u organizacionales (acceder a un pool de talento mas amplio) no serán tan fáciles de resignar.
Me gusta hablar más de trabajo distribuido que “remoto”, porque remoto es un concepto mas limitado. Remoto presume que existe un punto central relativo al cual podemos estar lejos. Muchas cosas que parten remotas se vuelven distribuidas, sin un lugar central.
Como sea, que bueno que el mundo laboral se puso al día con un mundo que hace rato es distribuido.
Hace rato que no tienes que estar en el mismo lugar que otros para aprender. Hace rato que puedes colaborar con otros sin estar en un mismo lugar (ej: open-source). Hace rato que no necesitas estar en New York ni en 🇺🇸 para leer el New York Times.
Sé que varios de mis lectores han trabajado hace rato para clientes que ubicados literalmente al otro lado del mundo. Hace rato que no es estrictamente necesario trabajar en Sillicon Valley (ni esperar que nos visite un gurú) para enterarnos de las tendencias en tecnología.
Hace varias décadas que la TV y el cable nos permite disfrutar de los deportes sin estar en el estadio. Hace varios años el mundo e-sport le permite a la gente competir sin estar en un mismo lugar.
¿Te fijas que varios de mis ejemplos ya pasaron de la etapa remota a la fase distribuida?
Sin embargo, lo distribuido/remoto no es lo más potente de toda esta tendencia. Lejos lo más heavy es el poder de lo asíncrono.
Lo distribuido remueve la restricción de estar en el mismo lugar del espacio. Meh 😒 , eso no es taaan chévere. ¿Sabes qué es reaaalmente chévere? Remover la restricción de estar en el mismo momento del tiempo es reaaalmente chévere 🤯.
Esto no es taaaan nuevo. Pitágoras se murió hace rato. Shakespare y Cervantes también. Turing, Jobs, García Marquez y Nicanor Parra hace relativamente menos. Pero todos están vigentes enseñando/deleitando asíncronamente a personas que nunca tuvimos el placer de conocerlos o encontrarlos en el mismo punto del espacio-tiempo.
Releyendo ese último párrafo suena a que me estoy yendo en una volada inmensa, pero te prometo que ya vuelvo a lo práctico.
De hecho es un buen momento para contarles un par de anécdotas personales 😅 .
Hace unos 13 años empecé a escribir un blog en inglés. En inglés poh’ ☺️. Las patitas.
En mi defensa, lo hice porque ya leía inglés rebien pero no sabía escribir. Y en mi camino de aprender a aprender descubrí que sin práctica/experimentación no aprendo. También servía para que casi nadie leyera lo que publicaba y así podía escribir rants tranquilo (aún no caía en cuenta que Twitter existe para eso 🙊 ).
El caso es que uno de esos rants comentaba de cómo los incentivos externos no funcionan bien con los desarrolladores, conectando una TED Talk de Dan Pink con cosas que había leído de Joel Spolsky. Y alguien comentó mi post. Miren:
Obviamente Daniel Pink estaba promocionando su libro, que era el tema de la charla TED. Capaz que ni haya sido Daniel el que escribió el comentario, pero para efectos de la historia apáñame y supongamos que fue él.
El caso es que Dan, Joel y yo nunca hemos estado en el mismo lugar al mismo tiempo para conversar sobre los incentivos externos y cuanto motivan a los desarrolladores. Pero gracias a la magia de internet y la asincronía, pelamos el cable juntos sobre el tema.
(Ok, exageré — pero recuerda que me ibas a apañar para efectos de la historia 👊 ).
Unos 11 años después escribí un artículo sobre cómo funcionan Google/Apple Pay y por qué tan pocas personas pueden usarlos en Chile. Esta vez escribí en español, y algo sé del tema. Mi entrañable “amigo” Dan Pink no estuvo entre quienes comentaron esta vez 😢 . Pero 20.000+ personas hasta ahora han visto el artículo y 7.000+ lo han leído completo. Sie-te-mil 🤯.
O sea, he escrito tonteras breves en twitter o linkedin que segun esas redes tienen tantas o más vistas/lecturas que eso. Pero este artículo es razonablemente largo, y el tema no es trivial. Yo hago la comparación a cuando he hecho alguna clase o presentación en un meetup o en una conferencia.
Con clases, lo que enseño (o trato de enseñar) llega a grupos de entre 8 y 40 personas. En meetups, números parecido. En conferencias creo que la audiencia más grande que he tenido es un par de cientos de personas. Y no estoy seguro que toda la audiencia haya tenido su atención puesta en mí (a pesar que con el tiempo he aprendido a hacer charlas decentes).
Sé que 7.000 puede no ser impresionante en el gran esquema de las cosas. Que me importa: ¡Es unas 35 veces más que mi mejor alcance cuando hago lo mismo en síncrono!
Sacando cuentas, mi charla síncrona promedio llega a ~30 personas. Si algo que escribo llega a más de 30 personas…¡es la raja!
Cuando escribes asíncrono, las personas pueden leer lo que escribiste cuando ellas quieren/pueden. Aunque haya streaming en una conferencia, es un problema tener que mirar una charla en un día/hora específico. Que bueno que estar en la ciudad donde ocurre la charla no sea necesario, pero tener que verla en síncrono sigue siendo un cacho.
Otra desventaja de lo síncrono: nadie puede recomendarte que vayas a un meetup/reunión/clase que ya ocurrió. Hasta que se inventen máquinas del tiempo, cagaste, ya fue no más. Alguien te puede contar que onda, pero en la “tradición oral” el mensaje se suele distorsionar (como ya sabes si experimentaste el juego del teléfono).
Ya que partí hablando del trabajo remoto: fíjate que todo lo que digo nos pena allí también. Pucha que duele que alguien no haya estado en “esa reunión”. A veces lo tratamos de arreglar postergando cosas para que no falte alguien. Y cuando estamos todos, ponemos un montón de esfuerzo, cabeza y cariño a cosas que ocurren en un lugar+momento y después… se esfuman.
Con trabajo “remoto” a veces el lugar en vez de ser una sala de reuniones es Zoom, pero nos pasa exactamente lo mismo.
Lo que escribes, en cambio, pasa a tener existencia propia. Es como hacer un fork de uno mismo, que puede interactuar con otras personas mientras uno sigue haciendo su vida normal.
Este newsletter es un fork mío. Puedes leerlo cuando quieras. Quizás eres un lector del futuro y cuando escribí esta entrega ni sabías que mi newsletter existía. Y ahí/aquí estará/está este fork-del-Leo contándote que escribir es un superpoder que vale la pena aprender.
Recomiendo aprender a escribir. No es llegar y escribir al lote. Las notas que sólo uno mismo entiende son un fork de uno y para uno. Mejor que tratar de guardar las cosas en la memoria, pero lejos de mi punto de fondo hoy.
Mi punto de fondo es que aproveches la asincronía para dejar algo útil, de uno y para otros que no están en el mismo momento y lugar. Yo lo hago escribiendo, pero conozco a quienes han aprendido a hacerlo grabando extraordinarios videos. Sé de gente y de equipos que han programado forks-de-ellos-mismos impresionantes, en la forma de páginas interactivas que enseñan. A donde sea que te tinque llevar la idea, (aprender a) escribir es un gran comienzo.
¿Cómo lo haces tú o en tu equipo para aprovechar la asincronía? ¿De qué cosas hablarán tus forks o ya hablan tu forks?
Prometo que leo todas las repuestas. Puedes escribirme en privado respondiendo este correo o públicamente con este botón de abajo:
PD: Por fiestas de fin de año este newsletter no tendrá entregas el 25 de Diciembre ni el 1 de Enero. La siguiente entrega será el 8 de Enero de 2021. Disfruten con los suyos 🎉 . Cuídense mucho 🤗 . Y nos leemos mientras tanto en los comentarios.
PD2: “Fork” es una analogía imperfecta, pero me gustó más que las otras que se me ocurrieron 😬 .
Me encanto, grande Leo!
Muy bueno! Me dejó pensando, gracias!